Hoy, día 17 de enero, nuestro post será dedicado a Julen, el pequeño que cayó a un pozo accidentalmente en la localidad de Totalán.
Cuando las fuerzas flaquean y el temor se apodera de la situación, es el momento en que más unidos debemos estar para recobrar ese hilo de esperanza que el tiempo se encarga de desvanecer poco a poco.
Es también en esos mismos momentos, cuando vemos como aparecen buenas personas con sus mejores deseos para ayudar y dar luz a Julen y a su familia.
También es momento de dar gracias, porque aunque a veces sintamos lo contrario, aún hay buenas personas que no dudan en dar el 100% si la situación lo requiere, y sobre todo, sin pedir nada a cambio.
Encendamos una vela blanca, abramos nuestros corazones y pidamos porque se cumpla ese milagro que todos esperamos.
Por Julen, por su familia, y por todos aquellos que están aportando lo que tienen en sus manos para que esta situación de angustia acabe con el mejor final posible.
Porque la fe mueve montañas y los milagros existen.
Nos despedimos de vosotros, esperando despertar mañana con buenas noticias.
Maite Castaños y Rubén González.
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