¿Quién me presta una escalera
para subir al madero,
para quitarle los clavos
a Jesús el Nazareno?
¡Oh, la saeta, el cantar
al Cristo de los gitanos,
siempre con sangre en las manos,
siempre por desenclavar!
¡Cantar del pueblo andaluz,
que todas las primaveras
anda pidiendo escaleras
para subir a la cruz!
¡Cantar de la tierra mía,
que echa flores
al Jesús de la agonía,
y es la fe de mis mayores!
¡Oh, no eres tú mi cantar!
¡No puedo cantar, ni quiero
a ese Jesús del madero,
sino al que anduvo en la mar!
Antonio Machado.
MAITE:
Por fin están llegando unos ansiados días de descanso para todos. A parte de descansar y disfrutar, no se nos puede olvidar que la energía de estos días es especial para reflexionar dentro de nosotros y sacar lo mejor que llevamos dentro.
Hoy, me despido de ti hasta el próximo día 23. Volveremos, tanto Rubén como yo, recargados de energía para seguir este camino espiritual que compartimos con vosotros.
RUBÉN:
Semana Santa, una fecha especial y muy significativa para muchos de nosotros. Calles con olor a incienso, procesiones, momentos de silencio, otros sin embargo interrumpidos por espontáneos aplausos... Momentos de estar con Dios, de acompañar a su madre.
Lo que para unos son simples tallas paseando por las calles, para otros es la reafirmación de su fe. Tiempo de recogimiento, de oración y de disfrutar con los nuestros de la magia que envuelve en estos días nuestras vidas y entorno.
Esta semana contiene mucho más que un simple o merecido descanso. Espero que la disfrutéis y extraigáis parte de la esencia que contiene. No sólo es cosa de Dios, también parte de nosotros debe morir y renacer tantas veces como sean necesarias para mejorar y avanzar en nuestro camino.
Recibid nuestro abrazo de luz. Maite y Rubén.
